Al entrar en una nueva casa, siempre surgen muchas cuestiones. Una de ellas es en relación a cómo podemos vestir las ventanas. Hoy queremos hablar de un tipo de ‘vestimenta’ a medio camino entre las cortinas y las persianas: son las venecianas, todo un clásico que parece vuelve a estar de moda.
Una de las razones por las que creemos que vuelven a estar de actualidad es por su bajo coste, inferior a las persianas de PVC, de aluminio e incluso también a estores con materiales modernos como el screen. Por supuesto, también depende del tipo de veneciana que escojamos, su estructura y el material de sus lamas.
Es precisamente en las lamas donde reside otra de las ventajas de las venecianas con respecto a las cortinas: la posibilidad de graduar la entrada de luz. Una cortina tamiza la entrada de luz, pero solo nos permite dos opciones: luz tamizada o, si corremos la cortina, luz completa. Una veneciana, por su parte, permite modificar la posición de las lamas para graduar la entrada de luz generando ambientes muy diferentes. En definitiva, ofrece más opciones que una cortina.
El material más habitual en las venecianas es el PVC, pero a diferencia de las persianas, el peso de sus lamas es muy inferior, lo que permite subirlas o bajarlas con pocas dificultades y además de contar con una estructura mucho más sencilla, también a nivel de mantenimiento. Hay que decir que una veneciana se combina muchas veces con una persiana externa para proteger y evitar la entrada de luz, cuando sea necesario.
Otra material que da un toque estupendo es la madera. Es un poco más caro que el PVC pero ofrece un cierto toque rústico muy agradable. Y, por supuesto, el aluminio, de gran rendimiento aunque con un precio superior.
Otra ventaja que tienen las venecianas es que permiten una fácil instalación. Incluso, podemos hacerlo nosotros mismos, colocando más o menos lamas según el tipo de ventana en el que vaya la persiana.
Como vemos, la veneciana es una opción más interesante para vestir las ventanas.